Bienvenidos a mi humilde ágora de opiniones.

Vivir la ciudad en que ames y sufras, sueñes y padezcas las mil y una
decepciones "de la carne herencia", parafraseando a Shakespeare, es una muestra de gratitud hacia el lugar que representa siempre algo más que un simple paisaje: es reencontrar el alma en las pequeñas anécdotas que nos rodean.



jueves, 27 de mayo de 2010

PLAZA DE 25 DE JULIO


Cuando se deambula a últimas horas de la tarde por las proximidades de la Plaza de 25 de julio (o "Plaza de los Patos", como la conocemos todos en Santa Cruz), se percibe que el viandante se sosiega sin apenas darse cuenta, suelta el paso y se sorprende observando los edificios que parecen vigias de otros tiempos: robustos, agradables, impasibles, hermosos. Y no se puede dejar de pensar qué diferente era la concepción de los edificios en los dos siglos anteriores: solidez, magnificencia, gusto por el adorno frente a la funcionalidad y libertad creativa de nuestros días. Las ideas mueven el mundo, pero también lo "visten".

Y es cuando, tras merodear casi de forma culpable entre bellas estampas, vergeles privados anclados en sus silencios altivos, el viajero de estas calles se topa con ese tablero circular en cuyo centro se escucha el chapoteo del agua: la Plaza. A la hora de la tarde en que se toman las fotos, es habitual ver a ciudadanos que pasean a sus mascotas, a madres que impiden a sus hijos pequeños que se zambullan en las aguas de la fuente, jóvenes flirteando con la vida cuando la luz comienza a desvanecerse.

 Este marco de quietud y contemplación es a modo de pequeña isla en medio de la urbe. Y, como en toda isla que se precie, el agua es un elemento fundamental. Pero, lo que al pasajero del tiempo y del espacio de estas calles le llama la atención es el preciosismo de las baldosas, con vivos motivos animales y vegetales, coloreados con un gusto exquisito.


Como se puede apreciar en las fotografías, los bancos de la plaza están recubiertos de estas bellísimas baldosas polícromas. Y, no conformes con el interés meramente estético, se añade ese toque único que le confieren los rótulos que nos recuerdan las formas en que los anunciantes proclamaban las execelencias de sus productos: publicidad y arte se daban la mano con los medios de otras épocas. Hoy tenemos Internet, televisión, radio... y la publicidad es una labor creativa fugaz y repetitiva, aunque llegue a cotas artísticas en muy contadas ocasiones. Pero, como en la fotos, también ha habido un interés por aunar la belleza con los más genuinos fines crematísticos.



Y no sólo se puede apreciar la belleza de la decoración en el mobiliario urbano, sino que, para el viajero atento existe una atracción adicional, colorida y vistosa: la flora que se planta alrededor de la fuente, en los pequeños jardines periféricos: amarillos, naranjas, púrpuras se entremezclan con el verde de la vegetación para regalarnos una impresión primaveral que nos abrigue del entorno urbano de asfalto y prisa.







martes, 25 de mayo de 2010

VALLE SECO. LA PLAYA EN SANTA CRUZ.

Valle Seco es la playa en Santa Cruz, la más querida. Sobre todo por los vecinos de este pequeño núcleo de santacruceros cuyas casas se arraciman sobre la ladera de una de las estribaciones del macizo de Anaga. Años de lucha por conservar este pequeño emblema de paz encerrado entre viejas construcciones, detenidas en el tiempo y abandonadas, y los tanques petrolíferos de la BP; años en que las personas que gozaron y disfrutan aún de este enclave costero, de callao y asfalto, siguen peleando por "su" playa, que es la playa de todos los chicarreros, y que debe seguir siendo el remanso de mar que el tiempo conservará para sus hijos, y los hijos de sus hijos.












Se trata de un pequeño balcón popular de la capital al océano donde gentes de todas las edades, jóvenes, parejas, madres e hijos, abuelos y nietos, se asoman al oleaje para refrescarse y dejar que el sol les insufle la vitalidad que todo lo cura.Las fotos que muestro fueron tomadas durante la tranquila tarde de un martes primaveral en el que no había nadien en la playa. Esto no es lo normal. De hecho, el domingo la afluencia de bañista es considerable, y durante el verano incluso excesiva, porque es el lugar elegido por los habitantes de la ciudad que no desean acudir a la otra playa santacrucera por antonomasia: Las Teresitas, junto al pueblo de pescadores de San Andrés.


lunes, 24 de mayo de 2010

BIENVENIDA

Accedo a este blog como anfitrión de quienes deseen conocer el sendero que se abre entre las luces y los rincones amados de este balcón al mundo.
Santa Cruz de Tenerife no es sólo una ciudad, sino el viacrucis callado de miles de viajeros a ningún lugar, la paz tras las murallas de esos nortes ásperos y gélidos a diez grados de latitud por encima de nuestros ojos acostumbrados a todos los océanos.
Esta hermosa urbe, capital de soñadores y templo de gestas y pesares, ésta, grito ante el Aliseo, el Volcán y la Mar, es MI CIUDAD. Y, como tal, el paisaje donde elegí siempre amar y dolerme tras haber amado tanto, donde ver surgir al padre Sol tras el Castillo, después de una noche de amor bajo las estrellas... Bienvenido, pues, viajero: has llegado a Edén.